viernes, 28 de septiembre de 2012

BATALLAS II



10/09/2012 . La Crónica de Badajoz . por el profesor FERNANDO VALDÉS  


TSti la batalla de las Navas de Tolosa, a la que me referí en la pasada columna, la leemos en clave nacionalista resulta que, ya por entonces, intereses localistas se sobrepusieron a los de la mayoría, para, después, sacar tajada. La ganancia fue a medio plazo: la conquista por los leoneses de la actual Extremadura, de Cáceres y de Badajoz. El trabajo difícil se lo habían hecho sus enemigos --y primos-- castellanos, aragoneses y navarros.

Hay silencios que siguen siendo elocuentes y celebraciones, comprensibles en ciertos contextos, estridentes. Ni los visigodos eran españoles, ni tampoco los castellanos del siglo XIII. A lo sumo eran protoespañoles. Tiene más razón Marruecos llamando Alarcos a una división de su ejército. Los marroquíes son más descendientes que nadie del imperio almohade y conmemoran así la aplastante victoria sobre los castellanos. Pero, a estas alturas, todo eso huele, ¡pero mucho!, a naftalina y no testifica a favor de la concordia, de la interculturalidad, de la pretendida modernidad de una sociedad europea.

¿Y qué relación tiene esto con Badajoz? Es simple, aunque aquí nadie parezca percibirlo. Las emotivas fiestas del Casco Antiguo se celebran en y se dedican a San José. Hasta con procesión religiosa (¡!). Según la tradición, Alfonso IX de León, el ausente de las Navas, el enemigo de la cruzada predicada por el papa Inocencio III , conquistó Bataliús un día de San José de 1230. O sea, volvemos a nuestras esencias. Celebramos una victoria sobre los moros, dicho sea literalmente y sin ánimo de ofender ¿Había necesidad de hacerlo así, siendo, como es, un evento muy reciente? Rehabilitamos --de aquella manera-- la alcazaba para, se dice, explotar turísticamente un monumento árabe --sobre todo árabe--, celebramos la fundación de la ciudad por un musulmán y, a la vez, conmemoramos la victoria de don Alfonso IX sobre la morisma. Más nacionalismo al canto. Bonita contradicción, que no es la única en esta despistada ciudad. Si, al menos, los celebrantes fueran descendientes de los invasores cristianos...

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