viernes, 15 de mayo de 2009

"A los moriscos los miraban como extraterrestres"

Foto : Leila Maziane
15/05/2007 M. De La Corte / Granada - Diario de Sevilla
Cuentan que un viajero inglés visitó la tierra de Salé, una ciudad construida en Rabat por los moriscos extremeños tras su expulsión, y dijo que allí había encontrado a mejores cristianos que en la propia España. De estos moriscos habló ayer Leila Maziane, de la Universidad Hassan II-Mohammadia, durante su conferencia en el congreso.
¿Qué significó Salé para los moriscos?
Salé es una tierra de exilio, una tierra que recogió unos 15.000 moriscos extremeños hace unos 400 años y se convirtió en un verdadero puerto corsario en el Marruecos atlántico. Lo más interesante es que es una ciudad que se convirtió en pocos años en cosmopolita, porque si el fondo de la población era morisco-extremeña asistimos a una emigración importante al puerto de Salé de horizontes diferentes del Magreb, pero también de Europa en el caso de los renegados. Eso la convirtió en el primer puerto de comercio pero también de corso magrebí en el siglo XVII.
Sin embargo, cuando llegaron los extremeños, ¿hubo algún tipo de enfrentamiento con los bereberes autóctonos?-Cuando llegaron, los marroquíes del frente de Salé les miraban como si no fueran musulmanes. Hoy en día se sigue hablando de los musulmanes de Rabat. Eran musulmanes pero se sospechaba mucho de su forma de ver el Islam, porque los marroquíes del frente miraban con cuidado todo lo que viniese de la otra orilla.-¿En qué se diferenciaban?-En aspectos como los vestidos o la comida pero sobre todo en ciertas prácticas del Islam diferentes al Islam local. Además muchos de ellos eran cristianos. El núcleo duro de Salé eran los hornacheros que mantenían el uso del idioma árabe pero los moriscos que llegaron después y fueron las verdaderas víctimas de la expulsión no. Ellos eran de una fe muy débil y realmente no sabían si eran musulmanes o cristianos. -¿Qué les supuso esa debilidad de fe?-Los marroquíes eran más estrictos en sus creencias. Los moriscos, después de ocho siglos de vida en España, estaban influidos por las transferencias culturales. Miraban al Islam de otra manera. Cuando llegaron a Marruecos les miraban como si fueran extraterrestres.-¿Y a pesar de eso dice que fue una ciudad cosmopolita?-Se convirtió en un lugar de convivencia porque lo que les unía era el lucro. Por supuesto la actividad corsaria convirtió la ciudad en una ciudad donde convivirían musulmanes, judíos, renegados, cautivos y también comerciantes cristianos o cónsules que estaban presentes en el terreno salesino en el siglo XVII.-Podría ser un modelo a seguir obviando, claro está, la actividad corsaria...-Efectivamente Salé era un lugar de convivencia donde todo el mundo de cualquier religión vivía en simbiosis. Había una convivencia entre todos los salesinos porque reunió a gente que venía de fuera. Se instalaron allí en una época por diferentes motivos y construyeron una ciudad pero también una identidad propia.-¿Y cómo se gobernaba?-Al principio, Salé formaba parte del reino de Marruecos, bajo el sultán Moulay Zidane, pero en 1627 se erigió en una república que funcionaba con un gobierno formado por 16 personas y que se renovaba cada dos años. Principalmente estaba compuesto por los hornacheros, el núcleo duro de Salé, pero pasó que los moriscos que empezaron a ser más numerosos reclamaron una parte del gobierno y del rendimiento de la actividad corsaria. Tras guerras entre ambas partes, el gobierno terminó estando formado por hornacheros y moriscos. La república duró 13 años y en 1667 llegaron los alauitas.-Con ganas de quedarse con los beneficios del corso...-Al principio los hornacheros armaron en Salé nueve naves para atacar a los españoles para vengarse. Al principio querían vengarse sólo, pero luego se convirtió en una actividad muy provechosa y siguieron así durante un siglo y medio porque era una manera de estar presentes en la red económica internacional. Ese botín de mercancias enriqueció no sólo a los armadores, sino también a los pobladores porque el corso era como una empresa en la que invertían. Todo el mundo ganaba y cuando llegaron los alauitas cambiaron los mecanismos del corso y dejó de interesar a los salesinos, porque el botín ya no era un beneficio. El sultán se lo quedaba todo.

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