sábado, 7 de septiembre de 2013

El Reino de Badajoz - Tā'ifa al-Batalyaws

Badajoz , 7/9/2013 - Elaborado por  Juntaeru
 
La ciudad de Badajoz fue fundada por Ibn Marwan en 875 con el nombre de Batalyaws. La ciudad formó parte del Califato de Córdoba hasta que en 1013 Sabur (de nombre completo ‘Abu Muhammad Abdallah ben Muhammad el-Sapur al-Saqlabi’) tomó el poder en gran parte de la antigua Lusitania, desde Mérida a Lisboa, y se proclamó rey creando el Reino de Badajoz.
 
Podemos ver en el mapa la extensión que alcanzó el Reino de Badajoz en el Siglo XI, cuando englobaba casi la totalidad de la actual Extremadura.
 
Al morir Sabur en el año 1022, y a pesar de tener dos hijos, le sucedió en el poder su visir, Maslama ibn al-Aftas, iniciando así la dinastía de los Aftasíes, de origen bereber, que reinará durante setenta y dos años.
El sucesor de Maslama, Muzaffar, inicia la etapa de esplendor del Reino convirtiendo Badajoz en un importante centro cultural y literario. Él mismo compuso una enciclopedia en 50 volúmenes denominada Kitab al-Muzaffari. En 1072, Omar se convierte en rey de Badajoz y adopta el título de al-Mutawakkil, manteniendo el intenso movimiento cultural que había comenzado con el reinado de su padre Muzaffar y que reunió en la ciudad a la élite literaria andalusí.

Pero en 1079 Alfonso VI conquista Coria y el reino aftásida pierde así una de sus principales plazas. Un año después la presión cristiana se vuelve insostenible tanto para el reino de Toledo como para el de Badajoz. Al-Mutawakkil toma el Reino de Toledo para intentar hacer frente de forma organizada a Alfonso VI. Sin embargo, se ve obligado a retirarse a Badajoz y en 1085 cae Toledo.

En 1086, Al-Mutawakkil, en una carta al emir almorávide, expresa la desesperación de los demás reyes taifas y le urge para que venga a combatir a los cristianos. Los almorávides llegaron a Al-Andalus en Junio y se enfrentaron a las tropas cristianas en Zalaca el 23 de Octubre, muy cerca de Badajoz.

Los almorávides derrotan a los cristianos esta vez pero observan también la debilidad de los reinos de taifas. En 1090 vuelven a cruzar el estrecho y, uno a uno, van ocupando todos los reinos peninsulares. Llega así el año 1093: Al-Mutawakkil intenta salvar su reino pero Alfonso VI toma Lisboa y en 1094 los almorávides ocupan Badajoz.

Al-Mutawakkil y su familia fueron apresados y más tarde ejecutados bajo la acusación de haber colaborado con los cristianos. Sin embargo, uno de sus hijos, Naym, consiguió escapar y refugiarse en el castillo de Montánchez donde se hizo fuerte y se proclamó último Rey de Badajoz con el nombre de Al-Mansur. Tras dos años de resistencia, en 1096 se rindió definitivamente a los almorávides y huyó al norte para entregarse a Alfonso VI.

En 1144 los almorávides son atacados en su propia tierra, Marruecos, y tienen que replegarse. Esto permite que durante unos años el antiguo Reino recupere una cierta independencia siendo Aben Hacham y Sidrey los gobernantes. Pero esta vez serán los almohades los que frustren el intento ocupando nuevamente el Reino en 1151.
Este dominio almohade se ve interrumpido entre los años 1165 y 1169 cuando aparece Geraldo sem Pavor, un noble portugués, conquistando para Portugal el Alentejo y las plazas de Cáceres, Trujillo, Montánchez y Monfragüe.
 
Resulta significativo que ya a estas alturas León y Portugal se habían repartido el Reino de Badajoz. Así, como Geraldo no ha respetado el pacto y ha invadido la parte que supuestamente corresponde a León, el Rey de León aprovecha el intento portugués de conquista de Badajoz para capturar tanto a Alfonso I como a Geraldo. Portugal se ve de esta forma obligado a renunciar a todo lo conquistado y el antiguo Reino de Badajoz vuelve a manos almohades.
El año 1227 marca el inicio de la desaparición del Reino de Badajoz. Progresivamente irán cayendo las ciudades batalyawsíes en manos de León, Castilla y Portugal hasta convertir el Reino de Badajoz en tan sólo un recuerdo.
 
Fuimos reino, pero siempre nos han vendido que como era un reino musulmán no debíamos considerarlo parte de nuestro pasado. Como si sólo formaran parte de nuestra historia los Reinos de León, Castilla o Portugal.
Esto ha hecho que los extremeños nos consideremos siempre como descendientes de repobladores, como gente sin pasado ni historia. Durante siglos han tratado de vendernos que aquí no había nadie, que esta era una tierra yerma y desolada, y que fueron castellanos, leoneses y portugueses los que la poblaron y repoblaron pero no es cierto: ellos sólo fueron las élites gobernantes, que nos trajeron sus idiomas y que un día hace ya casi novecientos años comenzaron a dividirla en dos.
A lo largo de la historia muchos son los que han pasado por nuestra tierra pero sólo deberíamos llamar antepasados a quienes la amaron y respetaron, a los que la sentían como su patria y no como una provincia y ,sobre todo, a los que la hicieron libre y defendieron su libertad.
Por tanto los batalyawsíes son nuestros antepasados y, por el mismo motivo, no podemos considerar como tales a quienes sólo vinieron a dominarnos y expoliarnos: es decir, castellanos, leoneses, portugueses y, por último, españoles.
 
Podríamos incluso considerar que, del mismo modo que Fenicia era sólo el nombre que los griegos daban a Canaán o Al-Andalus el nombre que los árabes dieron a la tierra de la que venían los vándalos, Extremadura es solamente el nombre que nos dieron nuestros vecinos y futuros invasores del norte y que ahora nos dan los españoles. Nuestro nombre bien podría haber seguido siendo Batalyaws.
 
Nosotros, los extremeños de ahora, 1000 años después, recordamos a los batalyawsíes. Porque su espíritu sigue vivo en nuestra tierra, su arquitectura sigue presente en nuestros pueblos y su cultura sigue presente en nuestras tradiciones. Porque no consiguieron borrar la huella batalyawsí es ahora nuestra tarea recuperarla y dignificarla.

Batalyaws ila al abad!
بطليوس إلى الأبد

10 comentarios:

Anónimo dijo...

No hay omitir que los árabes fueron unos invasores y que también nos sometieron. Es muy idílico eso de que traían la cultura y la música. Podíamos remontarnos también a nuestro pasado romano o, mucho mejor, al lusitano. En fin, tanto mitificar no trae más que estaladas inventadas.

Anónimo dijo...

No creo que fueran tan invasores los árabes cuando tardaron 3 años en establecerse en la Península y tardaron 800 años en "reconquistarlos". Creo que, como dice el artículo, hay que diferenciar entre los árabes que vinieron e hicieron suya esta tierra y los árabes almohades y almorávides cuyo único propósito es el que comentas de invadir y oprimir.

Pero es lo que tiene la historiografía española. Quiere dar lecciones a las demás cuando la suya propia es la primera que no se sostiene por ninguna parte. España es un invento que llevamos creyéndonos toda la vida.

Anónimo dijo...

Nuestro pasado romano a parte de que fue hace mas tiempo no fue determinante para lo que hoy somos los que poblamos a la que llaman extremadura,esta claro en los rasgos de casi todos los españoles quienes son nuestros antepasados mas recientes, nuestra cultura, nuestra forma de vida todo.. poco nos queda de romanos mas que las ruinas de sus monumentos al igual que otras culturas. La historia de españa esta repleta de mentiras e inventos de la época. Ni siquiera tenemos un nombre con historia, ya que extremadura se le llamaba a las zonas limítrofes de los reinos, la extremadura del reino de leon, o la extremadura del reino de portugal, tendríamos que llamarnos reino de Badajoz. es el nombre que tendria que tener la actual extremadura, ya que tenemos un nombre de vergüenza que no sabían como llamar a estas tierras y le quedaron este.

Anónimo dijo...

Nuestro pasado romano a parte de que fue hace mas tiempo no fue determinante para lo que hoy somos los que poblamos a la que llaman extremadura,esta claro en los rasgos de casi todos los españoles quienes son nuestros antepasados mas recientes, nuestra cultura, nuestra forma de vida todo.. poco nos queda de romanos mas que las ruinas de sus monumentos al igual que otras culturas. La historia de españa esta repleta de mentiras e inventos de la época. Ni siquiera tenemos un nombre con historia, ya que extremadura se le llamaba a las zonas limítrofes de los reinos, la extremadura del reino de leon, o la extremadura del reino de portugal, tendríamos que llamarnos reino de Badajoz. es el nombre que tendria que tener la actual extremadura, ya que tenemos un nombre de vergüenza que no sabían como llamar a estas tierras y le quedaron este.

El padre de Marwan dijo...

¿Reino de Badajoz?

¿Y que fue el "reino de Badajoz?

Pues fue ni más ni menos, que el heredero de la Kora de Marida (la provincia musulmana de Mérida, la más extensa y poderosa) y de la marca o frontera inferior musulmana (en oposición a las extremaduras cristianas), con capital ambas en Mérida. Y es que este territorio a su vez es heredero de la provincia, primero romana y luego visigoda, de Lusitanía, que mira por donde, también tenía su capital en Mérida.

¿Cómo “olvidar” de un plumazo mil años de historia de un territorio sólo porque su capital fue Mérida y centrarnos en los últimos ochenta porque su capital fue la novísima Badajoz, tributaria hasta entonces de Mérida?

A más, cuando las tierras del Guadiana fueron asaltadas y conquistadas por los reinos cristianos, estas ya no formaban el llamado “reino de Badajoz”, ya no existía este. Las tierras de la que fue antigua provincia romana de Lusitanía, efímera después Taifa de Badajoz, que no estaban en manos cristianas, formaban parte del unitario imperio de los almorávides, con capital en Sevilla.

Anónimo dijo...

Creo que este artículo no le quita importancia a Mérida. Eso sería absurdo. Pero reivindicar la siempre olvidada importancia histórica de Badajoz no significa restar importancia a Mérida: debido a su importancia como colonia se convirtió en capital de la provincia romana de la Lusitania. Luego heredó la capitalidad de la provincia visigoda que continuaba la tradición cristiano-romana, con su obispado correspondiente. Con la invasión musulmana, efectivamente, se mantuvo en un principio su importancia, hasta que las rebeliones de finales del siglo IX y del siglo X por parte de buena parte de la población frente a Córdoba, hicieron coambiar las cosas. El rebelde Ibn Marwan, hijo del gobernador de Mérida, muladí cuya familia era de origen gallego o leonés, se alzó en armas junto a otros rebeldes, a los que encabezó. Ya conocemos la historia posterior: las sucesivas escaramuzas de Marwan le valieron un confinamiento en una aldea cuyo conocimiento anterior sigue siendo muy oscuro, pero que no debía suponer más que eso: una aldea. Allí Marwan levantó una ciudad que no heredó nada de Mérida. Mérida siguió como capital de la cora, pero muy mermada, ya que los elementos muladíes, mozárabes y beréberes, terminaron refugiándose en Badajoz, quedando en Mérida poco más que la población árabe fiel a Córdoba. A partir de aquí la expansión territorial, militar, cultural y económica de Badajoz aumenta hasta casi alcanzar los cien mil kilómetros cuadrados de extensión. No hubo un trasvase de poder de una ciudad a otra porque son entidades completamente distintas. Mérida era una capital administrativa de una provincia de Córdoba. Badajoz nació como un poder que legalmente no era independiente del emirato, pero que ya actuaba de hecho de tal manera, puesto que el Marwan y los posteriores gobernadores de Badajoz no obedecían al emir. A veces se aliaban con él. En cuanto al obispado, aunque ahora se denomine arzobispado de Mérida-Badajoz, también es distinto históricamente del de Mérida. En el refugio que Marwan ofreció a los ciudadanos de Mérida, se contaban los mozárabes o cristianos junto al obispo de Mérida. Éste (Ariulfo) instituyó el obsipado de Badajoz, dicen algunas fuentes históricas que para restablecer un antiguo obispado visigodo de la ciudad, del cual se tienen algunos nombres de obipos. El Badajoz visigodo siempre ha sido un misterio. Pero suponiendo que sea de nueva creación este obispado, sí que se fundó. Distinto del de Mérida, cuya sede fue a parar a Santigo de Compostela, mientras que el de Badajoz se mantuvo. Tras la caída del califato es cuando Badajoz se convierte realmente en reino y alcanza su máximo poder y territorio. Llegaba hasta el Duero en frontera con León, hasta el Algarve, por el Este hasta el Reino de Toledo, y por el Sur hasta el Reino de Sevilla. Todas taifas, salvo León. Para tener en cuenta las diferencias entre lo que significaba Badajoz y Mérida a la caída del califato, sólo hay que ver que Sapur o Sabur, el primer rey de Badajoz, era en tiempos del Califa, gobernador de Mérida y señor de Badajoz. Tras la caída de Almanzor, Badajoz ya es un reino (por tanto independiente) de pleno derecho y poder, que lucha o se alía lo mismo con reinos. cristianos que musulmanes. Tiene su propia fuerza armada, su propia corte, sus propios ministros. Su economía productiva es independiente. Los reyes de Badajoz actúan de mecenas de poetas y científicos, en parte como remedo de la corte cordobesa en la cual todas las taifas se miran como en un espejo, pues se sienten herederas del poder califa. Fue un reino más del medievo, como León, Navarra, Sevilla o Toledo. Tenía su principal puerto en Lisboa y numerosas plazas de gran valor, como Coímbra, Évora, la propia Mérida o Ciudad Rodrigo. Badajoz cae ante las tropas cristianas en 1230, pasando a partir de entonces por difíciles visicitudes a lo largo de su historia, también momentos de paz y prosperidad. Pero difícilmente nos podemos hacer una idea de lo que fue Badajoz en esos más de 300 años, con un esplendor que las guerras y el olvido se han encargado de borrar.

Anónimo dijo...

alguien me puede decir hasta donde se extendia el reino de Badajoz hacia el este, es decir hasta que ciudad, pueblo o aldea de C-Real llegaba.

Fernando Pires dijo...

O mapa está errado. O reino de Huelva nunca teve essa dimensão. Está a ignorar completamente os Taifas de Silves, Algarve e de Mertola.

E já agora, acho engraçado que esquece-se de que mais do que metade do reino de Badajoz calhou às mãos dos reis Portugal, como se apenas, Trujillo e Badajoz fossem as unicas cidades do reino.

El Padre de Marwan dijo...

El territorio del efímero Reino de Badajoz, su Taifa, no es ni más ni menos que el mismo de la Cora de Marída (provincia musulmana de Mérida), integrante de la antigua provincia romana y visigoda de Lusitanía cuya capital fue Mérida.
Es decir, Mérida fue la capital de tan extenso territorio durante MIL años. Avatares políticos e históricos hacen que en un determinado momento, la recién fundada Badajoz comparta con Mérida el protagonismo de dominio sobre ese territorio, y a la desintegración del Califato, sus provincias, entre ellas la emeritense, se constituyan en reinos, solo que ahora la capitalidad de esos territorios va a ser Badajoz y durante menos de 100 años.
Poner 100 años contra 1.000 es una temeridad y una inconsciencia.
El Obispado de Badajoz se crea una vez conquistada por el reino de León el valle del Guadiana. Antes no ha existido nunca obispado de Badajoz. Los Obispo que allí hubiera podido haber con anterioridad, en épica musulmana, serían en todo caso los de Mérida allí acogidos. Pero dudo que los hubiera, pues de ser así, hubieran impedido, como lo impidió el de Bracara (Braga) que la silla metropolitana fuera usurpada por Gemirez, a la sazón Obispo de Compostela.
Lo que Mérida recupera a finales del S. XX no es un Obispado, sino su dignidad Metropolitana (Arzobispado) de la que fue ilegítimamente desposeída, pasando a ser desde entonces lo que siempre fue: provincia eclesiástica.
Para mi, este artículo tendencioso lo que trata es de eso mismo: quitar el protagonismo y la importancia que ha tenido y tiene Mérida en Extremadura.

Anónimo dijo...

"Nuestro pasado romano a parte de que fue hace mas tiempo no fue determinante para lo que hoy somos los que poblamos a la que llaman Extremadura".

¿En serio? Venga ya. No existe una cultura que haya dejado más poso en toda la península ibérica que la romana.

Lo que hoy es España (Extremadura lo es por cierto) es la suma de todas las culturas que han pasado por aquí, pero vamos, al igual que en el resto de países y lugares del mundo. El mundo es dinámico, y es normal que todo deje algún poso, sobre todo lo que es útil para vivir. Es la base de los intercambios culturales. La propia arquitectura islamíca en la península es heredera de la romana, un patio hispanomusulman no es más que un persistilo romano. Con sus expresiones artísticas y simbólicas sí, pero un peristilo romano.

Vamos, que lo que a mí me parece es que el articulo trata de manipular de forma un tanto interesada la historia, intentando hacer creer que lo que hoy somos es producto de una invasión, leonesa, castellana o portuguesa. Pues no señores, es producto de eso, y de muchas más invasiones, movimientos poblacionales, comercio, intercambios culturales. Lo demás, manipulaciones torticeras.