domingo, 6 de junio de 2010

Julio Navarro Palazón Investigador del CSIC : «Cuando visité la Alcazaba de Badajoz no vi ningún mihrab»

Badajoz 02.06.10 -Mercedes Barrado Timón - Hoy Digital

«Los monumentos no pueden utilizarse como un solar donde el arquitecto de turno haga su obra original»
«Todo el saber acumulado debe servir para intervenir en los yacimientos de forma adecuada»

Julio Navarro Palazón (Murcia, 1956), Científico Titular del CSIC, es doctor en Arqueología Islámica y actualmente coordina los trabajos del grupo de investigación Laboratorio de Arqueología y Arquitectura de la Ciudad (LAAC), adscrito a la Escuela de Estudios Árabes de Granada, perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Es experto en arquitectura y urbanismo islámicos y ha excavado en numerosos yacimientos españoles y en Jordania. Es el próximo invitado del Aula HOY, en la que mañana jueves pronunciará una conferencia en Badajoz sobre el tema 'Las ciudades de Al-Andalus y su evolución'. También participará al día siguiente en una mesa redonda sobre 'Patrimonio arquitectónico del Badajoz islámico'..........
-¿Cuál es su relación con Badajoz y por qué aceptó participar en una mesa redonda en la que supongo se hablará de la problemática del principal monumento árabe de Badajoz, su Alcazaba? Hoy en día no es frecuente que los profesionales y técnicos se involucren en un debate público sobre estos temas.
-Suelo acudir cuando me llaman, pues entiendo que forma parte de mi trabajo colaborar en la mejor conservación de nuestro Patrimonio Histórico. La verdad es que conozco poco Badajoz, pero asumiendo que esto es una limitación, también creo que una mirada externa puede estar menos contaminada por los intereses y falta de perspectiva que con frecuencia se dan en cada localidad. Aunque no he estudiado el caso concreto del Badajoz medieval, sí he dedicado gran parte de mi carrera científica a investigar la ciudad islámica. El propósito inicial de esta visita era dar una conferencia sobre el urbanismo islámico en general. Los organizadores, aprovechando mi estancia en la ciudad, han propuesto posteriormente el desarrollo de una mesa redonda sobre el caso concreto del Badajoz andalusí, invitándome a participar en ella con personas que sí conocen la problemática local.
-Supongo que le van a preguntar por el Cubo que se construyó en la Alcazaba, sobre el que a mí me gustaría conocer su opinión de experto.
-Todo eso debo verlo tranquilamente durante los días que esté en Badajoz. Ahora sólo recuerdo que, cuando estuve visitando la Alcazaba. allí había un edificio con exceso de altura sobre el que pesaba orden de demolición. Cuando llegue lo analizaré detenidamente sabiendo que éste puede ser uno de los temas que más les interesan a ustedes y sobre el que seguro me van a preguntar.
-Pero al margen de este caso concreto, ¿cree que es dañino que se construya arquitectura moderna en un lugar como la Alcazaba pacense?
-Esta alcazaba y cualquier otra fortificación medieval es un yacimiento arqueológico que tiene que ser protegido y recuperado haciéndolo protagonista. Lo que hay que evitar es utilizar el monumento como solar donde el arquitecto de turno haga su «obra original», imponiéndose sobre las edificaciones antiguas. Toda intervención debe hacerse al servicio del monumento. Intervenir cerca de uno de estos yacimientos para generar espacios museísticos que sirvan para potenciarlo en principio no está mal. En Medina Azahara lo acaban de hacer extraordinariamente bien, fuera del recinto arqueológico. La Alcazaba de Badajoz, es un caso sobre el que no tengo un criterio formado. Hice una visita de fin de semana con unos colegas y, en ese contexto, conocimos a la Asociación Amigos de Badajoz, que fueron muy amables y me pidieron que les diera una conferencia. Contacté por primera vez con ellos contemplando los restos de la mezquita que hay dentro del Hospital (Militar), y en aquel momento, es cuando me pidieron que les explicara la existencia del mihrab, a lo que les respondí que yo no veía el más mínimo resto del supuesto nicho. Otros colegas arquitectos que me acompañaban tampoco lograron verlo.
-¿Pero esa mezquita debió existir cerca de allí de no encontrarse en ese sitio?
-Creo que hay otros restos que prueban que sí existió allí una mezquita. Lo único que cuestionamos es la existencia del nicho del mihrab en el lugar en el que nos dijeron que estaba. Pero insisto, en principio voy a esa conferencia a hablar del urbanismo de una ciudad islámica en general y me imagino que dedicaré tiempo a visitar cosas sobre las que quieran saber mi opinión.
-De lo que usted sabe, y mucho, es del famoso yacimiento de San Esteban de Murcia. ¿Qué le pareció esa reacción popular que se produjo en torno a la conservación del monumento? Aquello parecía conmovedor teniendo en cuenta que la sociedad suele ser bastante indiferente frente a los problemas arqueológicos.
-Pocas veces se produce un hallazgo arqueológico de tal envergadura en pleno centro urbano. Los restos estaban en el subsuelo de una gran plaza en la que el ayuntamiento había decidido hacer un parking. En las excavaciones preceptivas y previas a la construcción del aparcamiento apareció una superficie muy extensa del arrabal medieval, abandonado tras la conquista cristiana de mediados del siglo XIII. Durante los trabajos de excavación se pudo contemplar lo hallado gracias a que la plaza está rodeada, en alguno de sus flancos, por edificios muy altos. Previo a la exhumación de los restos arqueológicos, ya se había producido la polémica entre defensores y detractores del parking. Había un grupo de presión que deseaba que los restos arqueológicos fueran un elemento que impidiera la construcción del parking. No cabe duda que muchos también defendieron los restos hallados por estricto amor a nuestro Patrimonio Histórico.
-¿Cuál es la principal problemática con la que se encuentran a la hora de conservar los restos que surgen en nuestras ciudades?
-El simple hecho de que sean ciudades vivas, habitadas. Cuando se trata de un yacimiento emplazado en el campo, o en el monte, entonces el resto arqueológico suele ser visto como un recurso, como una oportunidad de desarrollo económico. En el medio rural la arqueología no suele molestar tanto. Por el contrario, en nuestras ciudades el resto arqueológico sale a la luz durante la construcción de infraestructuras públicas, como es el caso de San Esteban de Murcia, o durante la renovación del propio caserío para el que la sociedad demanda aparcamientos privados. Hoy día, todos queremos llegar al sótano de casa en nuestro propio coche. Por estos motivos los restos arqueológicos suelen ser percibidos como algo molesto. Algunos los consideran un embarazo no deseado.
-¿Ustedes estudian en el LAAC este tipo de problemas?
-Somos Consejo Superior de Investigaciones Científicas y dentro de la Escuela de Estudios Árabes nos dedicamos al Patrimonio medieval, especialmente al andalusí, a su estudio y conservación. No solamente nos interesa obtener conocimientos sobre ese periodo, sino que hay una línea fuerte de trabajo dirigida a que todo este saber acumulado sirva para intervenir en los monumentos de la manera más adecuada. Quizá por ese motivo quieren los miembros de la asociación que opinemos sobre ese futuro proyecto en la Alcazaba de Badajoz.
-No se limitan a Granada ni al territorio nacional.
-Nuestra investigación nos lleva a cualquier parte del mundo. El conocimiento científico no tiene fronteras. ¡Y porque no hay arqueología en otros planetas, porque entonces también intentaríamos llegar allí!
-¿Es la Administración quien suele solicitar sus dictámenes?
-En principio ninguna tiene obligación de hacerlo. Nosotros no somos un eslabón más del engranaje administrativo, pues no tenemos las competencias que tienen los servicios autonómicos o municipales. Ellos sí están obligados por ley a realizar los controles necesarios y a conceder y retirar licencias y para ello deben acudir a los mejores asesores. Nosotros, por el contrario, nos dedicamos por completo a la investigación, aunque cualquier administración pública o empresa privada puede solicitar nuestros servicios de asesoramiento.

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