Foto : Arco de la puerta encontrada cuya existencia se ignoraba.
(CEDIDA )
Podría comunicar el recinto antiguo con la ampliación que hicieron los árabes.En la misma excavación han aparecido además otras escaleras.
Es un hallazgo espectacular". Así describía ayer Fernando Valdés, codirector del proyecto arqueológico de la obra de rehabilitación de la Alcazaba de Badajoz, el descubrimiento de una puerta en el lado oriental cuya existencia se desconocía. Según este arqueólogo, esta aparición es "inesperada, porque no teníamos noticias de que hubiera esta puerta allí".
La puerta se encontró enterrada a casi 3 metros de profundidad y ya se han excavado más de cuatro metros. De momento, se ha sacado a la luz el arco superior, que puede tener unos dos metros de diámetro y su origen es almohade, del siglo XII. El descubrimiento se produjo hace unos días y, según Valdés, los trabajos para ponerla al descubierto plantean problemas porque es un lugar muy profundo y hay peligro de desplome. El arqueólogo asegura que la puerta descubierta se encuentra en un "buen estado de conservación". Ha sido hallada en el lado oriental de la Alcazaba, a la altura de la explanada de la Cruz de los Caídos, entre la muralla y el monumento, en un lugar con mucha pendiente lo que complica aún más las tareas de excavación.
En principio, no existe certeza de la función esta puerta, porque no se saben aún qué otras construcciones hay en la zona. La teoría más aproximada es que podría comunicar el recinto antiguo de la alcazaba con la ampliación que realizaron los almohades, "pero no tenemos ninguna seguridad, ni siquiera sabemos si es islámica", recalca el arqueólogo. Sería por tanto un arco de paso que pudieron construir los árabes cuando decidieron ampliar el recinto de la alcazaba, sin derribar el muro antiguo, construido en el siglo IX.
El codirector del proyecto arqueológico explica que esta puerta debe llevar enterrada desde los siglo XV o XVI, que se ocultó voluntariamente vertiendo grandes cantidades de tierra para cubrir el gran desnivel existente y no se dejó constancia en ningún plano.
Asimismo, han aparecido unas escaleras, también de origen almohade, "muy bien conservadas". Son las segundas que salen a la luz durante la ejecución de esta obra y de las primeras ya se informó durante una visita de los técnicos el pasado mes de noviembre. Según Valdés, estas segundas escaleras, que están para subir al adarve, no se veían y han salido completas, pegadas a la muralla. Están construidas con ladrillo y piedra y tienen más de una docena de peldaños.
Además, junto a la puerta del río, en la zona de Circunvalación, están saliendo construcciones industriales de la Edad Media.
Para Fernando Valdés, todos estos hallazgos demuestran que cualquier actuación en este espacio acaba siendo un proyecto arqueológico en el recinto interior, dado que el desarrollo de la obra siempre afecta al yacimiento. Según Valdés, se esperan más hallazgos "pero eso es imprevisible, porque no tenemos rayos X en los ojos". Por eso, este arqueógo cuestiona que se acometa una obra pensando solo en la alcazaba y no en el yacimiento, ya que estos trabajos arqueológicos solo se han planteado como seguimiento, cuando es una excavación arqueológica "en toda regla".
La puerta se encontró enterrada a casi 3 metros de profundidad y ya se han excavado más de cuatro metros. De momento, se ha sacado a la luz el arco superior, que puede tener unos dos metros de diámetro y su origen es almohade, del siglo XII. El descubrimiento se produjo hace unos días y, según Valdés, los trabajos para ponerla al descubierto plantean problemas porque es un lugar muy profundo y hay peligro de desplome. El arqueólogo asegura que la puerta descubierta se encuentra en un "buen estado de conservación". Ha sido hallada en el lado oriental de la Alcazaba, a la altura de la explanada de la Cruz de los Caídos, entre la muralla y el monumento, en un lugar con mucha pendiente lo que complica aún más las tareas de excavación.
En principio, no existe certeza de la función esta puerta, porque no se saben aún qué otras construcciones hay en la zona. La teoría más aproximada es que podría comunicar el recinto antiguo de la alcazaba con la ampliación que realizaron los almohades, "pero no tenemos ninguna seguridad, ni siquiera sabemos si es islámica", recalca el arqueólogo. Sería por tanto un arco de paso que pudieron construir los árabes cuando decidieron ampliar el recinto de la alcazaba, sin derribar el muro antiguo, construido en el siglo IX.
El codirector del proyecto arqueológico explica que esta puerta debe llevar enterrada desde los siglo XV o XVI, que se ocultó voluntariamente vertiendo grandes cantidades de tierra para cubrir el gran desnivel existente y no se dejó constancia en ningún plano.
Asimismo, han aparecido unas escaleras, también de origen almohade, "muy bien conservadas". Son las segundas que salen a la luz durante la ejecución de esta obra y de las primeras ya se informó durante una visita de los técnicos el pasado mes de noviembre. Según Valdés, estas segundas escaleras, que están para subir al adarve, no se veían y han salido completas, pegadas a la muralla. Están construidas con ladrillo y piedra y tienen más de una docena de peldaños.
Además, junto a la puerta del río, en la zona de Circunvalación, están saliendo construcciones industriales de la Edad Media.
Para Fernando Valdés, todos estos hallazgos demuestran que cualquier actuación en este espacio acaba siendo un proyecto arqueológico en el recinto interior, dado que el desarrollo de la obra siempre afecta al yacimiento. Según Valdés, se esperan más hallazgos "pero eso es imprevisible, porque no tenemos rayos X en los ojos". Por eso, este arqueógo cuestiona que se acometa una obra pensando solo en la alcazaba y no en el yacimiento, ya que estos trabajos arqueológicos solo se han planteado como seguimiento, cuando es una excavación arqueológica "en toda regla".